Los restos del huracán Kirk azotaron el oeste de Europa el 10 de octubre de 2024, causando una destrucción significativa en Portugal y España, antes de desatar fuertes lluvias en Francia que resultaron en al menos una muerte.
En el Mediterráneo, una ola de tormenta cerca de Sete volcó tres barcos, causando la muerte de un marinero aficionado y dejando a otro en estado crítico, según las autoridades locales.
Aproximadamente 64,000 residentes en el sur de Francia se quedaron sin electricidad, según informó el proveedor de red Enedis. Varias regiones informaron sobre carreteras inundadas.
Después de una reunión de respuesta a la crisis en París, la ministra de Transición Energética y Ecológica, Agnes Pannier-Runacher, enfatizó el compromiso del gobierno de movilizar todos los servicios estatales disponibles y urgió a los ciudadanos a tener precaución.
“Estos episodios tienden a repetirse. Estamos viviendo en un momento en que el cambio climático se hace sentir de maneras concretas en nuestra vida diaria”, declaró.
El departamento de Seine-et-Marne cerca de París fue puesto en alerta roja por inundaciones a medida que el río Grand Morin se desbordaba, y otros 29 departamentos también fueron colocados en alerta naranja debido a las fuertes lluvias y vientos esperados.
En la zona más afectada de Pyrénées-Atlantiques, 35,000 hogares perdieron electricidad, con cortes adicionales reportados en otras regiones del suroeste y centro-este del país.
Los pronosticadores del tiempo habían predicho que la tormenta traería la cantidad de lluvia de un mes a varias partes de Francia, incluida la capital.