La región de Beni en Bolivia está experimentando actualmente graves inundaciones debido a las intensas lluvias, que sumergen los pastizales e impactan significativamente la ganadería y la agricultura. Aproximadamente 200,000 cabezas de ganado están en riesgo, y más de 452,000 familias se han visto afectadas desde noviembre de 2024.
El clima extremo se atribuye al cambio climático, lo que exacerba la crisis humanitaria a medida que los residentes luchan contra el aumento de las aguas. Los ganaderos están intentando subastar ganado en Trinidad debido a la falta de forraje y la dificultad de trasladar el ganado a zonas más seguras.
Bolivia es muy vulnerable al cambio climático, experimentando lluvias cada vez más intensas y cambios abruptos de la sequía a las fuertes lluvias. La crisis actual subraya la urgente necesidad de estrategias de adaptación al clima y gestión del riesgo de desastres para proteger a las comunidades vulnerables y sus medios de vida.