Investigadores han descubierto colosales ondas de lodo fosilizadas, también conocidas como ondas de sedimento o corrientes de contorno, enterradas a más de 1000 metros bajo el lecho del Océano Atlántico frente a la costa de Guinea-Bissau, África Occidental. Estas ondas, que alcanzan hasta 300 metros de altura y más de un kilómetro de longitud, proporcionan información sobre la formación del Atlántico y su conexión con los patrones climáticos globales.
El descubrimiento, respaldado por datos sísmicos y muestras de núcleos, refina nuestra comprensión de la Puerta de entrada del Atlántico Ecuatorial, una unión geológica entre África y América del Sur que surgió durante la separación del supercontinente Gondwana. La investigación indica que la conexión marina comenzó hace aproximadamente 117 millones de años, antes de lo que se estimaba anteriormente.
Esta conexión temprana provocó cambios en la circulación del agua, lo que condujo a una cascada submarina que esculpió las ondas de lodo. Inicialmente, la apertura contribuyó al calentamiento temporal, pero luego estabilizó la circulación oceánica global, facilitando el enfriamiento a largo plazo durante el período Cretácico tardío y desempeñando un papel crucial en la regulación climática global. Estos hallazgos, publicados en la revista Global and Planetary Change en junio de 2025, destacan la interacción dinámica entre los eventos geológicos y el cambio climático.