El fenómeno climático de La Niña ha aparecido finalmente, pero su débil manifestación en el océano Pacífico es poco probable que cause las interrupciones meteorológicas habituales, según los meteorólogos.
La Niña, caracterizada por un ascenso irregular de aguas inusualmente frías en una parte clave del Pacífico ecuatorial central, altera los patrones climáticos globales. El último El Niño fue declarado terminado en junio, y la NOAA ha estado anticipando La Niña durante meses. Su llegada tardía podría haber sido influenciada por los océanos más cálidos observados en el mundo en los últimos años.
Michelle L'Heureux, jefa del equipo de El Niño de la NOAA, afirmó: “No está claro por qué esta La Niña ha tardado tanto en formarse, y será sin duda un tema de mucha investigación.”
Normalmente, La Niña resulta en condiciones más secas en el sur y el oeste de Estados Unidos, mientras que trae clima más húmedo a partes de Indonesia, el norte de Australia y el sur de África. Aunque generalmente conduce a un aumento de huracanes atlánticos durante el verano, L'Heureux pronostica que este evento se disipará antes de que eso ocurra.
Entender los impactos de La Niña es crucial, ya que estudios previos indican que las sequías asociadas a ella han sido más costosas que las vinculadas a El Niño.