A finales de septiembre, comenzó un proyecto revolucionario en Pleasant Bay, Massachusetts, donde investigadores liderados por Alyssa Novak, ecóloga de pastos marinos de la Universidad de Boston, iniciaron la plantación de un jardín submarino experimental de eelgrass. Esta iniciativa busca combatir el alarmante declive de los prados de eelgrass, que han sufrido pérdidas significativas debido a la dragado, enfermedades y contaminación por nutrientes.
El proyecto emplea una técnica novedosa llamada migración asistida. Los científicos están identificando poblaciones de eelgrass tolerantes al calor a lo largo de la costa este y reubicándolas en áreas que experimentan aumentos en las temperaturas de la superficie del mar. Esta estrategia innovadora busca asegurar la supervivencia del eelgrass, que es esencial para la biodiversidad marina y la protección costera.
A medida que el calentamiento global continúa amenazando estos ecosistemas vitales, el esfuerzo colaborativo, denominado HEAT (Ayuda al Eelgrass a Adaptarse a la Temperatura), implica compartir recursos genéticos y conocimientos a través de las fronteras estatales. Los investigadores son optimistas de que estos experimentos generen resultados prometedores, que podrían restaurar las poblaciones de eelgrass y mejorar la resiliencia costera.
Con experimentos preliminares que muestran signos alentadores de resiliencia a la temperatura, el equipo está comprometido a monitorear el crecimiento y las adaptaciones genéticas. Esta iniciativa podría ser fundamental para preservar no solo el eelgrass, sino todo el ecosistema marino que lo apoya.