La Gran Barrera de Coral está experimentando una mortalidad coralina sin precedentes, con encuestas recientes que revelan hasta un 72% de muerte coralina en algunas áreas. Realizadas por el Instituto Australiano de Ciencias Marinas, estos hallazgos destacan los severos impactos de los blanqueamientos masivos, ciclones e inundaciones durante el último verano.
En secciones del norte de la barrera, un sorprendente tercio de los corales duros ha muerto, marcando el mayor declive anual en 39 años de monitoreo. Este año ya ha visto el quinto evento de blanqueamiento en ocho años, lo que genera alarmas sobre la resiliencia de la barrera.
El investigador principal, Mike Emslie, describió el verano reciente como uno de los períodos más intensos de estrés térmico, lo que ha llevado a pérdidas serias. El coral de rápido crecimiento, conocido como acropora, ha sufrido tasas de mortalidad particularmente altas.
Los expertos advierten que, aunque la barrera tiene el potencial de recuperarse, se está acercando a un punto de inflexión donde los estresores repetidos podrían impedir la regeneración. Las demandas de objetivos de reducción de emisiones más estrictos se han intensificado, enfatizando la urgente necesidad de acción para proteger este ecosistema vital.