En un importante paso hacia la sostenibilidad ambiental, São Paulo, Brasil, ha anunciado un ambicioso plan para plantar 50 bosques urbanos y 1.000 jardines de lluvia para 2028.
Esta iniciativa, encabezada por el alcalde Ricardo Nunes, tiene como objetivo mejorar la infraestructura verde de la ciudad y mitigar los impactos del cambio climático.
El proyecto, anunciado en el Día Mundial del Medio Ambiente, implica una inversión estimada de 10,2 millones de reales y cubrirá un área de aproximadamente 56.000 metros cuadrados, con la plantación de 3.839 árboles.
Los bosques urbanos estarán estratégicamente ubicados en áreas como los puentes Limão, Jânio Quadros, Casa Verde y Vila Guilherme, a lo largo de la Marginal Tietê, como parte del Corredor Verde de la ciudad.
Los jardines de lluvia, diseñados para reducir las inundaciones, se implementarán en áreas propensas a inundaciones, incluidas las subprefecturas de Sé, Mooca, Santana y Freguesia do Ó.
Estos jardines actúan como filtros naturales, permitiendo que el agua de lluvia se infiltre en el suelo, reduciendo así la carga sobre el sistema de drenaje urbano.
La ciudad cuenta actualmente con 420 jardines de lluvia, con el objetivo de llegar a 1.000 para 2028.
Esta expansión es parte de la estrategia más amplia de São Paulo para combatir el cambio climático, mejorar la calidad de vida de sus residentes y preservar la flora y fauna de la ciudad.