En un llamado urgente a la acción, los científicos advierten que las poblaciones aisladas y los individuos de especies felinas clave en América Latina están al borde de la extinción debido a la pérdida de hábitat, la caza y la invasión humana. El establecimiento de corredores biológicos se considera vital para su supervivencia.
Entre las especies en riesgo se encuentran el jaguar, el puma, la oncilla, el gato de las pampas y el ocelote, que luchan por navegar en hábitats en disminución en varios países, incluidos Colombia, Ecuador, Perú y Brasil. Estos corredores no solo facilitarían el movimiento entre hábitats fragmentados, sino que también mejorarían la diversidad genética y la salud de la población.
José Fernando González Maya, director del Proyecto de Conservación de Aguas y Tierras (ProCAT), enfatizó la necesidad de estos corredores, afirmando: "En paisajes dominados por humanos, establecer corredores es una de las mejores oportunidades para la coexistencia de flora y fauna, mejorando sus posibilidades de supervivencia a largo plazo."
Recientes esfuerzos periodísticos en cinco países de América Latina han destacado las amenazas que enfrentan estos felinos, incluida la caza de represalia y la fragmentación del hábitat debido a la agricultura y la urbanización. El jaguar y el puma, como depredadores tope, requieren vastos territorios para sobrevivir, siendo el primero el que necesita entre 10,000 a 20,000 hectáreas.
En Paraguay, se están llevando a cabo iniciativas para conectar áreas protegidas, como el Parque Nacional Defensores del Chaco, para asegurar la supervivencia del puma en medio de crecientes presiones agrícolas. De manera similar, en Brasil se están realizando esfuerzos para crear un corredor biológico a lo largo del río Paraná para conectar hábitats a través de fronteras.
A pesar de los desafíos planteados por perros ferales y domésticos que invaden territorios silvestres, los expertos creen que las medidas proactivas, incluidos los corredores biológicos, pueden mitigar estas amenazas y fomentar un ecosistema más saludable para estas especies vulnerables.
A medida que las actividades humanas continúan amenazando la biodiversidad, la urgencia de actuar en forma de corredores biológicos se vuelve cada vez más crítica para la supervivencia de los felinos icónicos de América Latina.