En el corazón de China, las Tumbas Imperiales de Xixia han sido inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO el 11 de julio de 2025. Este evento marca un hito significativo, añadiendo el sitio a los 60 lugares de China reconocidos por su valor cultural e histórico. La historia de estas tumbas, que se remonta a la dinastía Xixia (1038-1227), nos ofrece una ventana al pasado, permitiéndonos comprender la evolución de una civilización única.
La dinastía Xixia, fundada por el pueblo Tangut, floreció en una época de intensos intercambios culturales y comerciales a lo largo de la Ruta de la Seda. La ubicación de las tumbas, a unos 30 kilómetros al oeste de Yinchuan, en la Región Autónoma de Ningxia Hui, es un testimonio de su importancia estratégica. Según datos históricos, la dinastía Xixia controló una vasta área, incluyendo territorios que hoy pertenecen a las provincias de Gansu, Shaanxi y Qinghai. La dinastía Xixia, a pesar de su corta existencia, dejó un legado duradero en la arquitectura, la escritura y la cultura china.
El sitio abarca casi 40 kilómetros cuadrados, incluyendo nueve mausoleos imperiales y 271 tumbas subordinadas. Además, se compone de un complejo arquitectónico del norte y 32 obras de control de inundaciones. La UNESCO ha reconocido la importancia de este sitio en el intercambio cultural de los siglos XI al XIII. La preservación de este patrimonio cultural es un testimonio del compromiso de China con el mundo.
Desde la década de 1970, se han llevado a cabo trabajos arqueológicos y de preservación. Desde 2012, las tumbas estuvieron en la lista preparatoria para obtener el estatus de Patrimonio de la Humanidad. Las autoridades locales han implementado medidas de protección para garantizar la conservación de este tesoro histórico. Este reconocimiento internacional refuerza la importancia de preservar y estudiar la historia de la dinastía Xixia, un capítulo fascinante en la historia de China.