Un estudio innovador dirigido por la Dra. Eman Ghoneim ha revelado un brazo perdido del río Nilo, que podría revolucionar nuestra comprensión de cómo se construyeron las pirámides egipcias [1, 2]. El descubrimiento, destacado en el XIII Congreso de Egiptólogos a principios de este año, indica que este canal, conocido como el Brazo de Ahramat, fluyó junto a 38 complejos de pirámides [1].
La existencia del Brazo de Ahramat, que tenía hasta 500 metros de ancho, probablemente jugó un papel crucial en la determinación de la ubicación de estas construcciones de pirámides [1, 2]. Habría facilitado enormemente el transporte de enormes bloques de piedra y habría servido como una ruta vital de comunicación y suministro para los esfuerzos de construcción del Antiguo Egipto [1, 6].
La investigación de la Dra. Ghoneim, utilizando análisis de imágenes de satélite de alta resolución, ha descubierto un mundo oculto debajo de la superficie [1, 3]. La alineación de los templos con el antiguo lecho del río subraya su importancia, lo que sugiere que estos "templos del valle" pueden haber funcionado como puertos fluviales, integrando a la perfección las pirámides en una extensa red logística [1, 2]. Este hallazgo no solo transforma nuestra comprensión de la construcción de pirámides, sino que también allana el camino para el descubrimiento de antiguos asentamientos perdidos, ocultos por el barro y la arena debido a los cambios naturales del Nilo [1, 3]. El Ramal de Ahramat podría ser la clave para identificar estos asentamientos, y la combinación de tecnología satelital y arqueología de precisión promete desenterrar ciudades enteras que han permanecido ocultas a la exploración científica hasta ahora [2, 3].