El día de Navidad, un equipo de científicos a bordo del R.V. Falkor (too) realizó un descubrimiento notable en el Océano Austral: las primeras imágenes de un calamar antártico vivo (Gonatus antarcticus).
La expedición, liderada por la National Geographic Society, se vio inicialmente obstaculizada por el peligroso hielo marino en el Mar de Weddell. El equipo tuvo que reubicar su vehículo operado remotamente, SuBastian, al borde de la Cuenca de Powell.
Cuando SuBastian descendió a una profundidad de 2.130 metros, un calamar de 90 centímetros de largo apareció en la transmisión de video en vivo. El calamar, probablemente asustado, liberó una pequeña nube de tinta verdosa.
Este avistamiento es particularmente significativo porque el calamar antártico rara vez se ve vivo. Anteriormente, la especie solo se conocía por cadáveres encontrados en redes de pesca o picos de calamar descubiertos en los estómagos de animales marinos.
Kat Bolstad, directora del Laboratorio de Ecología y Sistemática de Cefalópodos de la Universidad Tecnológica de Auckland, identificó el calamar y notó la presencia de un gran gancho en sus tentáculos, una característica clave de la especie.
Los investigadores observaron el calamar durante unos minutos, utilizando láseres para medir su tamaño y apagando las luces para comprender su entorno natural. El calamar tenía rasguños en sus tentáculos y marcas de succión recientes en su manto, lo que sugiere un encuentro reciente.
Este descubrimiento destaca cuánto queda por descubrir sobre el océano profundo, especialmente en las regiones polares relativamente inexploradas. El potencial de nuevos descubrimientos sigue siendo vasto.