Un oceanógrafo y antiguo mano derecha de Cousteau estará en Béziers este viernes para una discusión sobre el futuro del Mediterráneo antes de la conferencia de las Naciones Unidas a principios de junio en Niza sobre los océanos.
El Mediterráneo enfrenta problemas concentrados que reflejan el océano global: calentamiento de las aguas, sobrepesca y rápida urbanización costera.
Para abordar estos problemas, es crucial establecer reservas marinas con evolución libre y sin extracción para la restauración del ecosistema.
Ejemplos como las reservas marinas de Port-Cros (Var) y Cerbère-Banyuls (P-O) demuestran el éxito de este enfoque, fomentando ecosistemas vibrantes.
Las zonas centrales estrictamente protegidas sin ninguna extracción son esenciales. Francia a menudo duda sobre la protección, lo que socava los verdaderos esfuerzos de conservación.
En los ecosistemas naturales, las poblaciones de peces tienen una esperanza de vida más larga. Las poblaciones explotadas carecen de individuos mayores, lo que debilita el ecosistema.
Las reservas marinas como Port-Cros y Cerbères-Banuyls prosperan a pesar de la contaminación, la urbanización costera y el calentamiento, mostrando la resiliencia de la vida.
Los ecosistemas saludables resisten las especies invasoras. Los ecosistemas dañados brindan oportunidades para que las especies invasoras dominen.
Los humanos se centran solo en 150 especies marinas, descuidando a la gran mayoría. Reconocer la existencia de todas las especies es vital para protegerlas.
Es necesario ajustar las técnicas de pesca para minimizar los daños colaterales. Todas las especies tienen derecho a existir, incluso aquellas sin valor comercial.
El legado de Cousteau sigue vivo a través de aquellos que exploran y protegen el mar. Se necesitan decisiones radicales en la agricultura y la pesca para asegurar un mundo habitable para las generaciones futuras.