Un nuevo estudio destaca la creciente amenaza del cambio climático para la migración de las ballenas jorobadas. Investigadores que rastrearon a 42 ballenas descubrieron que estos animales dependen de la memoria a largo plazo y de las señales ambientales, como la temperatura del mar, para programar su migración anual de 10.000 kilómetros a las zonas de alimentación de la Antártida.
El calentamiento de los océanos está provocando que las ballenas ajusten su migración para que coincida con los picos de floración del krill.
A los científicos les preocupa que el ritmo del cambio climático sea demasiado rápido para que las ballenas se adapten.
Los patrones de migración cambiantes aumentan el riesgo de enredarse en artes de pesca y de colisiones con barcos.
Los investigadores abogan por una mejor protección de los corredores de migración de las ballenas.
El estudio, que abarca el período 2009-2016, reveló que incluso entonces, el cambio climático impactó la migración de las ballenas. Los científicos enfatizan la urgente necesidad de monitorear cómo las ballenas están lidiando con el calentamiento acelerado, ya que su capacidad de adaptación tiene límites.