Los investigadores Marco Ansón y Celia García han realizado un descubrimiento notable: los castores, una especie autóctona que había desaparecido del río Tajo durante siglos, han regresado. El hallazgo, publicado en la revista española de mamíferos, marca un hito significativo en la conservación de esta especie protegida.
Mientras realizaban trabajos de campo sobre los martines pescadores en el río Tajo, Ansón vio un castor cruzando el agua. Esta fue la primera observación registrada de la especie en la cuenca del río Tajo. Anteriormente, los castores solo se habían encontrado en las cuencas del Ebro, Duero y Guadalquivir.
Tras la observación inicial, los investigadores, miembros del Centro de Estudios Animales, han identificado tres poblaciones de castores en la cuenca del río Tajo. Creen que los castores han estado presentes durante al menos tres años, basándose en su tamaño y la información de los residentes locales.
El regreso de los castores al río Tajo es un testimonio de los esfuerzos de conservación y la resiliencia de la naturaleza. Los castores se consideran una especie clave, jugando un papel vital en la configuración de su entorno. Su presencia puede contribuir a una mayor biodiversidad, una mejor calidad del agua y la creación de hábitat para otras especies.