Un reciente descubrimiento en las profundidades de la historia evolutiva ha revelado la existencia de la especie de gato más pequeña conocida hasta la fecha, que habitó la Tierra hace 300,000 años. Identificada a partir de un fragmento de mandíbula encontrado en un sitio arqueológico en la cueva de Huanglongdong, China, esta nueva especie felina, llamada Prionailurus kurteni, ofrece una rara mirada a la diversidad prehistórica.
Los hallazgos, publicados en la revista Annales Zoologici Fennici, se basan en un fragmento fossilizado de mandíbula inferior que presenta dos dientes bien conservados. Este diminuto gato pesaba alrededor de 1 kilogramo y medía entre 35 y 50 centímetros de longitud, lo que lo convierte en el ancestro más antiguo del gato de patas negras Felis nigripes y del gato moteado oxidado Prionailurus rubiginosus que se encuentra en Sri Lanka.
Según el investigador Qigao Jiangzuo del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología, Prionailurus kurteni era significativamente más pequeño que un gato doméstico moderno, siendo tan pequeño que podía caber en la palma de una mano incluso de adulto. Jiangzuo comentó: “Este felino era claramente más pequeño que un gato doméstico, pero también más temible.”
Los fósiles de los ancestros del gato leopardo son raros debido a que estos animales vivían en bosques, donde sus huesos se descomponen rápidamente. Sin embargo, este gato probablemente coexistió con los primeros humanos, buscando ratas y ratones que se alimentaban de los restos de comida de los humanos. Esta coexistencia indirecta sugiere una conexión intrigante entre los humanos y los felinos prehistóricos.
La cueva de Huanglongdong, conocida por sus restos humanos prehistóricos, desempeñó un papel crucial en la conservación del fósil de Prionailurus kurteni. Sus condiciones únicas permitieron preservar los restos de un animal que, viviendo en ambientes forestales, difícilmente habría dejado huellas debido a la rápida descomposición de los huesos.
Actualmente, el género Prionailurus incluye cinco especies vivas que habitan los bosques del sudeste asiático. Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la historia de los pequeños felinos, sino que también abre nuevas perspectivas de investigación. Los científicos prevén ampliar los estudios sobre fósiles de felinos en China y en otras partes del mundo para reconstruir los orígenes y la diversificación de la familia de los Felidae.