¿Alguna vez has sentido que tu perro percibe tu estrés o comparte tu calma? Un reciente estudio de la Universidad Queen's de Belfast confirma esta conexión, mostrando que tu estado emocional influye directamente en tu amigo de cuatro patas, incluso afectando su ritmo cardíaco.
En el estudio, 28 dueños de perros usaron monitores de frecuencia cardíaca mientras experimentaban situaciones estresantes, como una prueba digital, y actividades calmantes, como una meditación guiada. Los investigadores monitorearon las frecuencias cardíacas de los perros para encontrar correlaciones entre las emociones humanas y caninas.
Los hallazgos son sorprendentes. Los participantes informaron un aumento significativo de estrés después de la prueba digital, seguido de una notable disminución después de la meditación. Importante es que los cambios en la frecuencia cardíaca de los dueños a menudo precedieron a los de sus perros, lo que indica que los estados emocionales de los dueños impactan directamente a sus mascotas.
El Dr. Gareth Arnott, especialista en comportamiento animal y coautor del estudio, sugiere que los perros pueden ser sensibles a la contagión emocional, un fenómeno donde las emociones se transmiten inconscientemente a través de expresiones, voz o postura. Esto significa que los perros reflejan las emociones de sus dueños.
Con un 60% de los perros mostrando miedo al visitar una clínica veterinaria, el estudio destaca la importancia de manejar el estrés de los dueños para ayudar a los perros a sentirse más cómodos. El Dr. Arnott enfatiza que si los veterinarios pueden ayudar a los dueños a mantener la calma durante las visitas, también podría aliviar la ansiedad de sus perros.
La moraleja? Para calmar a tu amigo de cuatro patas en situaciones estresantes, comienza por relajarte tú mismo. Los perros tienen una capacidad notable para adaptarse a nuevos entornos, con su frecuencia cardíaca disminuyendo con el tiempo si se les da el espacio necesario para aclimatarse. Al manejar mejor tu estrés, le ofreces a tu mascota un modelo de serenidad que seguirá instintivamente.