El impulso de acariciar a un perro, ya sea encontrado en la calle, en un parque o en el trabajo, es una reacción común que refleja un deseo de conexión emocional y bienestar. Este comportamiento ha sido estudiado en varias investigaciones científicas que exploran sus motivaciones y beneficios.
Un estudio realizado por investigadores de las Universidades de Florida, Carroll y Marquette, publicado en junio de 2025, revela que acariciar a los perros en público no es solo un gesto de afecto, sino que también tiene efectos positivos en la salud mental y física de las personas. El contacto físico con los animales, especialmente los perros, alivia el estrés y regula la presión arterial y la frecuencia cardíaca, promoviendo un estado de ánimo más relajado.
Además, vivir con una mascota fomenta lazos emocionales más fuertes y desarrolla características personales positivas como la paciencia, la tolerancia, la sensibilidad y una mayor conexión emocional. La inteligencia artificial (IA) también ha contribuido a la comprensión de este comportamiento humano. Los sistemas de IA entrenados para analizar perfiles de comportamiento han encontrado que las personas que acarician a los perros en situaciones públicas tienden a tener altos niveles de apertura y amabilidad.
Este gesto puede asociarse con individuos extrovertidos que buscan expresar emociones físicamente y de forma espontánea, mostrando una disposición al contacto cercano. Además, interactuar con perros activa circuitos neuronales relacionados con el placer, asociados con la liberación de oxitocina, conocida como la "hormona del amor", tanto en humanos como en animales. Este proceso refuerza el vínculo y perpetúa el impulso de repetir el gesto en diferentes contextos.
Es importante tener en cuenta que, si bien acariciar a un perro puede ser beneficioso para la salud mental, no todos los perros disfrutan de este tipo de interacción. Algunos pueden sentirse incómodos o estresados por el contacto físico, especialmente si no están acostumbrados a la presencia de extraños. Por lo tanto, es esencial respetar las señales del animal y asegurar que la interacción sea agradable para ambas partes.
En resumen, el deseo de acariciar a los perros en público está respaldado por beneficios emocionales y fisiológicos tanto para humanos como para animales. Sin embargo, es esencial ser conscientes de las preferencias y el bienestar de los perros, asegurando que estas interacciones sean positivas y respetuosas.