En una iniciativa innovadora, se ha establecido un centro de rehabilitación flotante para tortugas marinas boba frente a la costa de las islas Kerkennah, en el sur de Túnez. Este proyecto permite a las tortugas heridas recuperarse en su hábitat natural de agua salada, aumentando así sus posibilidades de supervivencia.
La barcaza cuenta con recintos enredados bajo el agua, lo que brinda a las tortugas suficiente espacio para moverse y alimentarse cómodamente. Hamed Mallat, un biólogo marino que lidera el proyecto financiado por la ONU, enfatiza la importancia de permitir que estas criaturas vulnerables sanen en su entorno natural.
Las tortugas marinas boba, conocidas científicamente como Caretta caretta, están clasificadas como vulnerables por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Aproximadamente 10,000 de estas tortugas son capturadas anualmente en las aguas tunecinas debido a la pesca de arrastre y las redes de pesca. Una amenaza significativa para su población, las redes de enmalle representan más del 70 % de las muertes de tortugas marinas en el Mediterráneo, según el proyecto Life Medturtles financiado por la UE.