Tahlequah, la orca residente del sur conocida como J35, vuelve a captar la atención mundial mientras llora a su cría fallecida, J61, en el Puget Sound. Esta desgarradora demostración de duelo materno recuerda su viaje anterior en 2018, cuando llevó a su cría muerta durante 17 días y más de 1,000 millas.
J61 fue avistada por primera vez el 20 de diciembre de 2024 y se confirmó su muerte en la víspera de Año Nuevo. Hasta el 5 de enero de 2025, Tahlequah sigue llevando el cuerpo de su cría, que pesa aproximadamente 300 libras, empujándolo con su hocico para mantenerlo cerca.
El Dr. Michael Weiss, investigador en el Center for Whale Research, enfatiza la fuerza del vínculo madre-cría en las orcas, una de las relaciones sociales más fuertes en el reino animal. La pérdida es particularmente significativa para la población residente del sur, que ha disminuido a solo 73 individuos, convirtiéndose en una de las poblaciones de mamíferos marinos más amenazadas de los Estados Unidos.
Los expertos observan que, aunque algunas orcas hembras han mostrado duelos similares, la duración y la distancia del duelo de Tahlequah son extraordinarias. Este comportamiento plantea preocupaciones sobre su bienestar físico y emocional, ya que cargar con el peso de la cría podría obstaculizar su capacidad para buscar alimento.
Históricamente, casi el 70% de los embarazos en esta población terminan en abortos espontáneos o muertes tempranas, lo que agrava los desafíos que enfrentan estas orcas. La pérdida de J61 amenaza aún más el potencial reproductivo de esta población frágil, ya que las crías hembras son cruciales para las futuras generaciones.