Este mes, se avistaron tres ballenas francas del Atlántico Norte enredadas en equipo de pesca frente a la costa de EE. UU., lo que resalta la urgente necesidad de esfuerzos de conservación para esta especie en peligro crítico.
Las dos primeras ballenas, una hembra de 13 años y un macho de tres años, fueron vistas el 9 de diciembre cerca de Nantucket, Massachusetts. Un tercer macho juvenil fue avistado el 16 de diciembre frente a Carolina del Norte. Estas observaciones son alarmantes, ya que quedan menos de 400 ballenas francas del Atlántico Norte.
Amy Knowlton, científica senior del Acuario de Nueva Inglaterra, señaló que los equipos de pesca de langostas y cangrejos representan la mayor amenaza para estas ballenas. Muchas ballenas quedan atrapadas mientras se alimentan de plancton, lo que a menudo conduce a lesiones graves o a la muerte.
El macho juvenil avistado cerca de Nantucket tiene una gruesa línea de pesca alrededor de la cabeza y la espalda y no se espera que sobreviva. Se espera que la hembra, aunque herida, se recupere. Sin embargo, la ballena de Carolina del Norte también está en riesgo debido a varias líneas enredadas alrededor de su cabeza y boca.
Los esfuerzos por deshacer estos enredos son complicados por preocupaciones de seguridad y condiciones desafiantes. Knowlton estima que solo alrededor del 25 % de las ballenas enredadas reciben ayuda, y la mitad de esos intentos son exitosos.
A pesar de las medidas en curso para reducir el riesgo de enredos tanto en Canadá como en EE. UU., el problema persiste. Knowlton insta al público a abogar por la protección de las ballenas francas del Atlántico Norte, enfatizando que los esfuerzos colaborativos son cruciales para la supervivencia de esta especie.