Paul Watson, el fundador de Sea Shepherd, se encuentra en una prisión de alta seguridad en el sureste de Groenlandia tras ser arrestado mientras se preparaba para interceptar un barco ballenero japonés. Su arresto el 21 de julio fue provocado por un aviso de Interpol de Japón, que lo acusa de conspiración relacionada con un incidente que involucró al barco ballenero Shonan Maru 2 en 2010.
Watson, un defensor de la lucha contra la caza de ballenas, describe su experiencia en prisión como 'interesante', con vistas a los fiordos y la posibilidad de cocinar comidas con otros reclusos. A pesar de las circunstancias inusuales, se mantiene comprometido con su causa, enfatizando la importancia de proteger a las ballenas y la vida marina.
Mientras espera una decisión sobre su extradición a Japón, donde enfrenta serias acusaciones, Watson reflexiona sobre su vida familiar y los sacrificios que ha hecho por su activismo. Expresa preocupación por sus hijos, con quienes solo puede comunicarse brevemente por videollamada cada semana.
El trabajo de Watson ha generado tanto admiración como controversia, con figuras notables como Brigitte Bardot y Pierce Brosnan abogando por su liberación. Sigue siendo una figura polarizante en la lucha contra la caza de ballenas, defendiendo los derechos de los animales marinos incluso desde detrás de las rejas.