La pérdida de una mascota querida puede provocar un profundo dolor, y algunas personas pueden lamentar su muerte durante años. Desde el primer clonaje de una mascota, un gato Maine Coon, la demanda de replicar genéticamente a las mascotas ha aumentado, con aproximadamente 1,000 animales clonados anualmente.
Lucy Morgan, gerente de Gemini Genetics, señala que aunque muchos asocian el clonaje con Dolly la oveja, la tecnología ha avanzado significativamente desde entonces. El proceso ahora es más eficiente y capaz de clonar varias mascotas.
Un éxito notable del laboratorio es un cocker spaniel amigable llamado Gem, quien, a pesar de algunas diferencias de personalidad, comparte muchas características con el perro original.
El proceso de clonación implica tomar una muestra de tejido dentro de los cinco días posteriores a la muerte de la mascota. Esta muestra se limpia, se extrae el ADN y se conserva en nitrógeno líquido a -196 grados Celsius. El costo de la recolección de muestras puede alcanzar las 600 libras esterlinas.
Después de la aprobación del propietario, la muestra se envía a un laboratorio asociado en Texas, donde el proceso de clonación puede tardar hasta un año, especialmente para animales como los caballos, que tienen largos períodos de gestación. Los animales clonados nacen y se destetan en Texas antes de ser enviados de regreso al Reino Unido. El costo total del clonaje puede variar entre 50,000 y 80,000 dólares.
Actualmente, Gemini Genetics se centra en el clonaje de perros, gatos y caballos, pero también preserva ADN de diversas especies en peligro, incluidos elefantes y rinocerontes, en colaboración con Nature's Safe. El laboratorio tiene 279 muestras de ADN de especies como perezosos y rinocerontes blancos del sur.
El clonaje de mascotas también ha ganado popularidad entre las celebridades. El año pasado, la cantante Barbra Streisand reveló que clonó a su perro fallecido, Samantha, dos veces, mientras que Simon Cowell expresó interés en el proceso a principios de este verano.
Aunque el clonaje fue descubierto por primera vez en 1958, el primer clonaje exitoso de animales ocurrió en 1996 con Dolly la oveja, desafiando las creencias anteriores sobre la viabilidad del clonaje.