La comunidad Inga de Musuiuiai en Colombia está dando pasos significativos en la conservación del tapir de tierras bajas, una especie sagrada para su cultura. Recientemente designada como un Área Conservada por las Comunidades Indígenas (ICCA), la comunidad busca reducir la caza de tapires mediante la sensibilización y la colaboración con tribus vecinas.
Dirigidos por José Muchavisoy, los guardianes de Musuiuiai utilizan conocimientos tradicionales transmitidos por los ancianos para rastrear tapires en su territorio biodiverso, que abarca 18,000 hectáreas. El tapir, conocido como Sacha wagra, juega un papel vital en el ecosistema como dispersor de semillas, pero su población es vulnerable debido a la pérdida de hábitat y la caza.
Las creencias Inga han cambiado, convirtiendo la caza de tapires en un tabú, lo que refleja una creciente comprensión de la importancia ecológica de la especie. La comunidad está utilizando trampas de cámara y tecnología GPS para monitorear las poblaciones de tapires, demostrando una combinación de prácticas tradicionales y técnicas modernas de conservación.
En colaboración con el Centro de Estudios Medicinales Interculturales (CEMI), los esfuerzos de conservación de Musuiuiai no solo se centran en el tapir, sino que también buscan establecer un corredor biocultural que proteja más de 100,000 hectáreas de bosque. Esta iniciativa busca involucrar a otras comunidades indígenas, promoviendo prácticas de caza sostenibles y la preservación cultural.
A través de estos esfuerzos, la comunidad Inga está allanando el camino para un modelo de conservación biocultural que respete tanto los valores ecológicos como culturales, enfatizando la importancia del conocimiento indígena en la protección de la biodiversidad.