Elon Musk ha calificado el esfuerzo de Tesla para producir el Model 2 como "innecesario", confirmando un cambio de enfoque hacia el desarrollo de un nuevo robotaxi. Este anuncio marca un cambio significativo en la estrategia de productos de Tesla.
El Model 2 estaba destinado a ser el vehículo eléctrico más asequible de Tesla, con producción programada para la primera mitad de 2025. Sin embargo, tras la reciente presentación del robotaxi en octubre, Musk declaró que el Model 2 no entrará en producción como estaba previsto.
La estrategia original de Musk, articulada en 2006, era fabricar primero vehículos de lujo para generar ganancias que financiarían un automóvil familiar eléctrico más asequible, con un precio de alrededor de 20,000 a 25,000 €. La creciente competencia de los fabricantes de vehículos eléctricos chinos y el lento desarrollo del Model 2 han obligado a Tesla a reevaluar sus objetivos.
Colin Campbell, exjefe del tren motriz de Tesla, reveló en 2023 que el motor eléctrico del Model 2 no utilizaría materiales raros, permitiendo compatibilidad con varios tipos de baterías. Esto aumentaría la flexibilidad de la cadena de suministro y reduciría los costos de producción. Aún no está claro si esta tecnología se integrará en el robotaxi.
La viabilidad de Tesla para producir un vehículo más barato que el Model 3 dependerá de las elecciones de química de la batería y de los métodos de instalación de las celdas. La compañía ya ha utilizado celdas de fosfato de litio-hierro (LFP), que son menos costosas de producir que las celdas de níquel-cobalto-manganeso (NCM).
Además, se informa que Tesla está desarrollando tecnología "cell-to-chassis" para su Model Y fabricado en Alemania en colaboración con el fabricante chino BYD. Esta innovación tiene como objetivo crear baterías más ligeras en dimensiones más pequeñas, maximizando el espacio para celdas adicionales y compensando potencialmente la menor densidad energética del LFP, mejorando así la autonomía.