El 10 de diciembre de 2024, el Banco de la Reserva de Australia (RBA) decidió mantener su tasa de efectivo en 4.35%, marcando el noveno mes consecutivo sin cambios. Esta tasa ha estado en vigor desde noviembre de 2023, indicando que el RBA no anticipa ajustes hasta al menos 2025.
La decisión del RBA refleja preocupaciones continuas sobre la alta inflación subyacente, que se mantiene en aproximadamente 3.5%, a pesar de una disminución significativa desde su pico en 2022. La tasa de inflación objetivo del banco central se establece entre 2% y 3%.
En su declaración de política monetaria, el RBA enfatizó la importancia de devolver la inflación a niveles objetivo de manera sostenible dentro de un marco de tiempo razonable. El banco señaló que, aunque la inflación general ha disminuido considerablemente, la inflación subyacente sigue mostrando un impulso y, por lo tanto, permanece elevada.
Los analistas del mercado habían previsto en gran medida esta decisión, con expectativas de que el RBA podría considerar recortes de tasas a principios de 2025. Los principales bancos australianos han informado a sus clientes que prevén recortes potenciales en la tasa de efectivo durante la primera mitad de 2025.