La práctica musical ha sido reconocida por su potencial para mejorar la función cognitiva en adultos mayores. Estudios recientes indican que tanto la formación musical como la participación en actividades musicales pueden tener efectos beneficiosos en la salud cerebral de las personas mayores.
Un análisis sistemático y meta-análisis de estudios existentes sugiere que la práctica musical puede mejorar funciones cognitivas específicas, como la percepción auditiva, y funciones cognitivas generales, incluyendo la memoria verbal y la fluidez verbal. Estos beneficios podrían ayudar a reducir el impacto de los problemas cognitivos asociados con el envejecimiento.
Además, investigaciones recientes han encontrado que la participación en actividades musicales, como tocar un instrumento o cantar en grupo, está asociada con mejoras en la memoria de trabajo, funciones ejecutivas, lenguaje y habilidades visuoespaciales en adultos mayores. Estas actividades también pueden aumentar el volumen de materia gris en áreas cerebrales relacionadas con estas funciones cognitivas.
La evidencia sugiere que la música puede servir como una estrategia de enriquecimiento multimodal que ayuda a preservar la salud cognitiva y cerebral en la vejez. Sin embargo, se requieren más estudios longitudinales e intervenciones para confirmar estos hallazgos y comprender mejor los mecanismos subyacentes.
En resumen, la incorporación de la práctica musical en la vida diaria de los adultos mayores podría ser una herramienta valiosa para mantener y mejorar la función cognitiva, contribuyendo así a un envejecimiento saludable.