La investigación indica que las personas de estatura más baja pueden tener una mayor probabilidad de vivir más tiempo. Esto se atribuye principalmente a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ya que las personas más bajas tienden a tener menos sangre que bombear, lo que ejerce menos presión sobre el corazón.
Salud Cardiovascular: Las personas bajas generalmente experimentan menos tensión cardiovascular.
Regeneración Celular: La altura puede influir en la tasa de regeneración celular, lo que impacta los procesos de envejecimiento y el desarrollo de enfermedades crónicas.
Predisposición Genética: Los genes que influyen en la altura también juegan un papel en la determinación de la esperanza de vida.
Si bien la altura puede ser un factor, un estilo de vida saludable, que incluye una nutrición equilibrada y actividad física regular, sigue siendo crucial para la longevidad, independientemente de la estatura. Los hallazgos sugieren una interacción compleja entre la genética, la fisiología y el estilo de vida en la determinación de la esperanza de vida.