Música para la longevidad: cómo los conciertos y tocar un instrumento ayudan a vivir más tiempo

Edited by: lirust lilia

La música no solo es una fuente de placer, sino también una clave para una vida más larga. Estudios han demostrado que asistir regularmente a conciertos y aprender a tocar un instrumento musical pueden mejorar significativamente la salud, ralentizar el envejecimiento del cerebro y fortalecer las funciones cognitivas.

Cómo la música influye en la longevidad

Científicos de la Universidad Goldsmiths han descubierto que asistir a conciertos cada dos semanas está asociado con un aumento promedio de la esperanza de vida de nueve años. Este efecto se debe a una mayor sensación de felicidad, una reducción del estrés y una mejora en el bienestar general. Los investigadores destacan que el impacto positivo de los conciertos en el cuerpo es incluso mayor que el del yoga o los paseos con un perro.

Las actividades musicales también contribuyen a la creación de una reserva cognitiva, es decir, la capacidad del cerebro para compensar los cambios relacionados con la edad. Expertos de la Universidad de Exeter señalan que el piano, en particular, es altamente beneficioso, ya que mejora la memoria, la concentración y la capacidad para resolver problemas.

La música ralentiza el envejecimiento del cerebro

Un estudio realizado en 2024 confirmó que aprender a tocar un instrumento musical ayuda a frenar el deterioro cognitivo. Al activar diferentes áreas del cerebro, la práctica musical fortalece las conexiones neuronales y reduce el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad, como la demencia.

Si no es posible asistir regularmente a conciertos, escuchar música, cantar o aprender los conceptos básicos de un instrumento también puede generar efectos positivos. Estas actividades ayudan a mantener el cerebro activo y mejoran el bienestar emocional.

Cómo incorporar la música en la vida diaria

Asistir a conciertos regularmente, al menos cada dos semanas, para reducir el estrés y mejorar el bienestar general.
Aprender a tocar un instrumento, ya sea la guitarra, el piano, la batería o simplemente ejercicios rítmicos, para activar la función cerebral.
Participar en actividades musicales, como cantar en un coro, bailar o asistir a noches de karaoke, ya que también tienen efectos positivos en la mente y el cuerpo.
Escuchar música que genere alegría, creando una lista de reproducción con canciones favoritas para mejorar el estado de ánimo y el bienestar.

La música no es solo una forma de arte, sino una poderosa herramienta para la salud y la longevidad. Integrarla en la vida diaria puede mejorar el bienestar emocional y aumentar la calidad de vida durante muchos años.

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