Los belgas adoptan el viaje lento para conexiones más profundas

Editado por: Елена 11

El viaje lento es un movimiento nacido para contrarrestar el turismo de masas, abordando preocupaciones ecológicas y sociales. Prioriza un impacto ambiental mínimo y el compromiso con las comunidades locales. Este enfoque satisface el deseo de desconectarse del frenesí de la vida moderna y viajar de manera más responsable.

Los belgas se sienten cada vez más atraídos por el viaje lento, buscando experiencias auténticas en lugar de itinerarios apresurados. Este estilo de viaje ofrece una alternativa a los viajes rápidos e impersonales. Permite a los viajeros recuperar su tiempo y apreciar cada momento.

Arnaud Servais, un viajero experimentado, enfatiza la importancia de conectar con un lugar. "El objetivo es tener una relación diferente con el tiempo, sumergirse en los lugares que se descubren y experimentar plenamente cada encuentro", dice. Prefiere explorar una pequeña parte de un país en profundidad en lugar de apresurarse a través de muchos destinos.

Para algunos, viajar se trata de sumergirse en la cultura y la vida cotidiana de una comunidad. Se trata de comprender un país desde dentro, sin participar en actividades extremas. En cambio, prefieren descubrir un país a un ritmo lento, preferiblemente a pie.

El viaje lento prioriza la experiencia sobre la cantidad, animando a los viajeros a permanecer en cada lugar. El objetivo es sumergirse en la cultura local y establecer conexiones más profundas. Esto significa no intentar visitar tantos lugares como sea posible en poco tiempo.

Una estudiante de IHECS en relaciones públicas señala la reducción del estrés y el aumento del descubrimiento desde que adoptó el viaje lento. Al aceptar ver o hacer menos, el objetivo es saborear las experiencias más plenamente. Respetar a las poblaciones locales y evitar la aglomeración de lugares populares también es crucial.

La pandemia de Covid-19 ha aumentado el deseo de naturaleza y conexión. Alexandra Lorentz, una enfermera psiquiátrica, compró una camioneta para tener libertad de movimiento después del confinamiento. Buscaba un contacto directo con la naturaleza.

Valora la belleza de un punto de vista, el horizonte y la conexión con la naturaleza por encima del lujo. Un paseo por el bosque durante la lluvia provocó esta realización. Guió sus elecciones de viaje y su modo de transporte.

La eco-responsabilidad es una prioridad creciente para los viajeros. Los belgas buscan cada vez más formas de reducir su huella de carbono. El viaje lento, que a menudo utiliza transporte sostenible como el ciclismo, caminar o los trenes, aborda directamente las preocupaciones ambientales.

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