Compartir contenido constantemente en Instagram, particularmente a través de las historias, impacta significativamente la salud mental. Los usuarios a menudo buscan validación externa y pueden experimentar FOMO (miedo a perderse algo).
El uso compulsivo de las historias puede estar relacionado con rasgos narcisistas y una imagen de sí mismo inestable. El diseño de las plataformas de redes sociales refuerza los ciclos de recompensa inmediata, lo que puede llevar a un comportamiento adictivo.
La comparación constante con otros en plataformas como Instagram puede afectar negativamente la autoestima. Los expertos recomiendan el uso consciente de las redes sociales para mitigar los efectos adversos en la salud mental y emocional.