¿Aprender un nuevo idioma? Escucha como un bebé
Aprender un nuevo idioma en la edad adulta puede ser frustrante. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que adoptar las tácticas de un bebé puede facilitar mucho el proceso.
Los adultos a menudo comienzan aprendiendo palabras, a menudo en papel, e intentan pronunciarlas antes de comprender los sonidos generales del idioma. Los bebés, por otro lado, comienzan la adquisición del lenguaje en el útero, escuchando el ritmo y la melodía de las voces.
Escuchar antes de leer
Un estudio que involucró a 174 adultos checos que escuchaban maorí, un idioma que nunca habían escuchado, mostró que los adultos pueden captar rápidamente patrones melódicos y rítmicos. Esto indica que los mecanismos para la adquisición del idioma nativo permanecen intactos en el cerebro adulto. Los participantes distinguieron entre maorí y malayo incluso cuando el audio se filtró para imitar los sonidos escuchados en el útero, preservando la melodía y el ritmo pero eliminando información específica de vocales y consonantes.
Curiosamente, los participantes que simplemente escucharon maorí obtuvieron mejores resultados que aquellos que escucharon mientras leían subtítulos. La lectura de la ortografía alfabética obstaculizó su sensibilidad a la melodía y el ritmo del idioma, lo que condujo a puntajes más bajos.
La investigación sugiere que la ortografía puede interferir con nuestra capacidad natural para escuchar la melodía y el ritmo del habla. Los expertos que buscan mejorar la adquisición del lenguaje en adultos deben considerar el impacto negativo potencial de la exposición temprana a la ortografía alfabética.
Un enfoque inverso
Estudios anteriores indican que el período sensible para adquirir patrones de sonido del lenguaje termina alrededor de los seis años, cuando muchos niños aprenden a leer. Comenzar con características generales del habla como la melodía y el ritmo sirve como trampolín hacia otros niveles del lenguaje.
Por lo tanto, un enfoque inverso, comenzando con formas escritas, puede obstaculizar la sensibilidad de los adultos a la melodía y el ritmo. Esto impacta su capacidad para comprender y producir el lenguaje con fluidez, afectando otras competencias lingüísticas como la gramática y el vocabulario.
Escuchar sin leer letras nos ayuda a absorber todo el flujo de un idioma, como lo hacen los niños pequeños. El estudio sugiere que los adultos que aprenden un idioma pueden beneficiarse de un enfoque más centrado en la audición, priorizando el lenguaje hablado antes de leer y escribir.
Las implicaciones para la educación de idiomas son significativas. Los métodos tradicionales enfatizan la lectura y la escritura desde el principio. Sin embargo, los estudiantes podrían lograr un dominio oral más rápido con un enfoque más centrado en la escucha.