El control inhibitorio es una función vital para resolver problemas y tomar decisiones en la vida cotidiana, permitiendo a los individuos reemplazar reacciones automáticas por respuestas más reflexivas. La investigación indica que los niños y adolescentes bilingües presentan ventajas en tareas de resolución de conflictos, demostrando un control inhibitorio más agudo, o una regulación mental mejorada sobre reacciones impulsivas.
El diccionario Michaelis de la lengua portuguesa define la inhibición como el acto o efecto de inhibirse, una condición mental y psicológica que limita la acción, creando vacilación y resistencia, e incluso prohibiendo ciertos actos o sentimientos.
Pollyanna Batista, doctora en ciencias aplicadas a la salud por la UFMG, enfatiza la importancia del control inhibitorio como una función ejecutiva crucial para la gestión de la atención, los pensamientos, los comportamientos y las emociones. Esta habilidad es especialmente esencial para los niños y jóvenes, ayudando a evitar distracciones y controlar impulsos automáticos, lo cual es vital para el aprendizaje y el desarrollo cognitivo.
El artículo titulado La influencia del cambio de código entre hablantes y la capacidad lingüística sobre el control inhibitorio en niños bilingües de Emily Hansen, Caitlyn Slawny y Margarita Kaushanskaya exploró cómo los niños con habilidades lingüísticas avanzadas presentaron un control inhibitorio superior, sugiriendo que la capacidad de gestionar cambios de idioma está vinculada a un mejor control cognitivo.
Para los niños con habilidades lingüísticas más bajas, no se encontró ninguna asociación entre el cambio de idioma y el control inhibitorio. El estudio reforzó la noción de que el bilingüismo puede mejorar ciertos aspectos del desarrollo cognitivo, preparando mejor a los niños para enfrentar desafíos intelectuales.
El artículo El control inhibitorio facilita el aprendizaje de nuevos conocimientos basados en conocimientos existentes en contextos de palabras multilingües, publicado por Zilan Zou y Baoguo Chen, investiga cómo el bilingüismo influye positivamente en el control inhibitorio en los niños, ayudándoles a desarrollar un control más refinado.
En este estudio, los investigadores pidieron a los niños bilingües que aprendieran nuevos significados de palabras ambiguas y observaron que aquellos con mayor control inhibitorio lograban aprender estos nuevos significados de manera más eficiente.
El artículo Reclutamiento de mecanismos de control inhibitorio lingüístico global y de control cognitivo general en la comprensión de cambios de idioma: Evidencia de movimientos oculares de Ana Schwartz, José Negron y Colin Escola examinó movimientos oculares para entender cómo los bilingües manejan los cambios de idioma durante la comprensión de textos.
El estudio sugirió que el bilingüismo no solo mejora la capacidad de alternar entre idiomas, sino que también fortalece habilidades cognitivas generales, como la atención y el enfoque, ayudando a las personas a manejar mejor tareas complejas y resolver problemas de manera más efectiva.
Los beneficios prácticos del control inhibitorio mejorado en jóvenes y niños han sido observados por el psicoanalista y gestor educativo Julimar Falconiere, quien observa que 'los beneficios prácticos del control inhibitorio mejorado son amplios. Los niños que aprenden un segundo idioma tienden a estar más enfocados y disciplinados, habilidades que se traducen en un mejor rendimiento académico, una mayor capacidad para resolver problemas complejos y una mayor capacidad de concentración.'
El escritor Fabiano Martins Reis, miembro de ALUZ - Academia Luziense de Letras e Artes (Santa Luzia-MG), relata que 'fuera de la escuela, el control inhibitorio tiene implicaciones prácticas en la vida cotidiana. Los jóvenes con esta habilidad bien desarrollada son más capaces de gestionar sus emociones e impulsos, lo que puede llevar a mejores decisiones en situaciones sociales. La capacidad de resistir el impulso de verificar constantemente las redes sociales, por ejemplo, puede ayudar a los jóvenes a mantener una rutina de estudio más productiva.'
El economista y escritor Diercio Ferreira, franquiciado de la escuela de idiomas Yázigi Pampulha en Belo Horizonte, justifica que 'el aprendizaje de idiomas para niños a partir de los 3 años ofrece beneficios como la capacidad de desarrollar un control inhibitorio fuerte, además de equiparlos con habilidades esenciales para enfrentar los desafíos de un mundo en constante transformación, preparándolos para un futuro prometedor.'