La creación del Centro Jeremy Coller de Conciencia Animal en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres (LSE) representa un hito importante en la exploración de la conciencia animal y la aplicación ética de la inteligencia artificial (IA). Desde una perspectiva de Ethical Context, este centro se posiciona como un faro para la investigación responsable y la toma de decisiones informadas sobre el bienestar animal.
El centro, con una inversión de 4 millones de libras esterlinas, se dedicará a estudiar la conciencia en diversas especies, desde insectos y crustáceos hasta calamares. Uno de los objetivos clave es determinar cómo la IA puede facilitar la comunicación entre humanos y animales de compañía, pero siempre considerando las implicaciones éticas de la IA en la agricultura y otras áreas. La ética de la IA es crucial en este contexto, ya que el mal uso de la tecnología podría causar daños irreparables a los animales.
El director del centro, el profesor Jonathan Birch, subraya la importancia de un uso responsable de la IA para evitar dañar el bienestar animal. El centro colaborará con organizaciones no gubernamentales (ONG) para desarrollar recomendaciones y directrices internacionales. Este enfoque colaborativo es esencial para garantizar que las investigaciones se traduzcan en acciones concretas y beneficios tangibles para los animales.
El profesor Jeff Sebo de la Universidad de Nueva York destaca que comprender la conciencia animal y el impacto de la IA en los animales son desafíos cruciales y a menudo pasados por alto en la sociedad moderna. La investigación del centro, por lo tanto, no solo es relevante para el bienestar animal, sino también para nuestra comprensión de la ética y la responsabilidad en la era de la IA.
El fundador, Jeremy Coller, cree que comprender cómo sienten y se comunican los animales ayudará a las personas a reconocer las deficiencias en su trato hacia ellos. Este reconocimiento es el primer paso para implementar cambios positivos y promover una convivencia más justa y compasiva. El centro se compromete a generar conocimientos que impulsen prácticas de cuidado animal mejoradas y directrices éticas sólidas para las aplicaciones de IA, asegurando que el progreso tecnológico no se produzca a expensas del bienestar animal.