Los baños de bosque, o "Shinrin-yoku" como se conoce en Japón, están ganando popularidad como una forma de reducir el estrés y mejorar el bienestar general. Originada en Japón en la década de 1980, esta práctica implica sumergirse en un entorno boscoso, interactuando conscientemente con el entorno para despertar los sentidos. Tomohide Akiyama, del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón, acuñó el término en 1982. Se introdujo como una forma de atención médica preventiva para ayudar a las personas a reconectar con la naturaleza y combatir los crecientes niveles de estrés asociados con la vida urbana.
Los estudios han demostrado que los baños de bosque pueden reducir significativamente el estrés y la ansiedad. La exposición a espacios verdes conduce a niveles más bajos de cortisol y a un mejor estado de ánimo. Los sonidos, las vistas y los olores de la naturaleza contribuyen a una sensación general de bienestar. Las personas informan tasas más bajas de depresión y ansiedad, mayor creatividad y una mayor sensación de conexión con su entorno.
Más allá de la salud mental, los baños de bosque ofrecen beneficios para la salud física, incluida una mejor función inmunológica, una presión arterial más baja y una mejor salud cardiovascular. Los participantes a menudo experimentan menos fatiga y una mejor calidad del sueño. Para practicar los baños de bosque, encuentre un entorno natural, deje atrás las distracciones y dé un paseo tranquilo. Interactúe con su entorno respirando profundamente y notando los detalles del entorno. Muchas comunidades ahora ofrecen programas y talleres guiados de baños de bosque en los parques locales.