Un estudio innovador de la Universidad de Cambridge ha revelado diferencias significativas en la anatomía cerebral basadas en el género que están presentes al nacer. Los investigadores analizaron escaneos de resonancia magnética de más de 500 recién nacidos, encontrando que las bebés femeninas mostraban más materia gris, mientras que los bebés masculinos tenían un mayor volumen de materia blanca.
La materia gris, que se encuentra principalmente en la corteza, es crucial para funciones como la memoria y el procesamiento emocional, mientras que la materia blanca, que se encuentra más profundamente en el cerebro, facilita la comunicación entre diferentes regiones cerebrales.
La autora principal, Yumnah Khan, señaló que estas diferencias parecen extenderse hasta la adultez, sugiriendo que factores biológicos durante el desarrollo prenatal del cerebro pueden jugar un papel. La investigación, publicada en la revista Biology of Sex Differences, indica que las mujeres pueden sobresalir en el recuerdo y la conciencia emocional, mientras que los hombres pueden tener un mejor procesamiento sensorial y conciencia espacial.
Este estudio es parte del Developing Human Connectome Project, una colaboración que involucra al King's College London, al Imperial College London y a la Universidad de Oxford. Resalta el debate en curso sobre si las diferencias en la estructura cerebral entre los géneros persisten en la vida adulta.
Simon Baron-Cohen, un autor destacado en el estudio, enfatiza que estas diferencias no implican la superioridad del cerebro de un género sobre el otro. En cambio, comprender estas variaciones podría proporcionar información sobre la neurodiversidad, particularmente en condiciones como el autismo, que se diagnostica con más frecuencia en hombres.
Los hallazgos desafían estudios previos que sugirieron diferencias mínimas en la anatomía cerebral adulta entre los géneros, reafirmando la complejidad de comprender la conciencia humana y la función cerebral.