Estudios recientes en psicolingüística revelan cómo los idiomas que hablamos influyen en nuestras emociones y percepciones de la realidad. Esta investigación destaca que más de la mitad de la población mundial es bilingüe o multilingüe, lo que afecta el procesamiento emocional de maneras únicas.
Según los hallazgos publicados el 5 de noviembre de 2024, las personas bilingües a menudo experimentan emociones de manera diferente según el idioma que utilizan. Las lenguas nativas tienden a evocar respuestas emocionales más fuertes, especialmente al recordar recuerdos de la infancia. En contraste, los segundos idiomas pueden proporcionar un amortiguador, permitiendo una distancia emocional en situaciones complejas.
Por ejemplo, un estudio que involucró a hablantes bilingües de chino-inglés en los Estados Unidos indicó que los participantes se sentían más cómodos expresando emociones en inglés debido a menos restricciones sociales, mientras que experimentaban una conexión emocional más profunda al hablar mandarín. Esto sugiere que la elección del idioma puede impactar significativamente la comunicación interpersonal y la expresión emocional.
La competencia en un segundo idioma y el contexto en el que se aprendió también juegan roles cruciales. Los individuos a menudo prefieren usar su lengua materna para expresiones emocionales, especialmente en entornos familiares. Por el contrario, si son igualmente competentes en un segundo idioma, pueden elegirlo para contenido emocional, dependiendo de su nivel de comodidad.
Comprender estas dinámicas puede enriquecer nuestro conocimiento sobre el lenguaje y la mente humana, mejorando la comunicación intercultural y la comprensión emocional en un mundo cada vez más conectado. Las implicaciones para la enseñanza de un segundo idioma son significativas, ya que los educadores pueden ayudar a los estudiantes a sentirse más integrados y seguros en su nuevo idioma, fomentando una conexión emocional más fuerte y una identidad dentro de él.
Esta investigación fue realizada por Mari Mar Boillos Pereira, profesora en la Universidad del País Vasco, y Ana Blanco Canales, profesora de lengua española en la Universidad de Alcalá.