Los hongos muestran signos de inteligencia básica, revela un estudio

Un estudio reciente realizado por un equipo dirigido por Yu Fukasawa de la Universidad de Tohoku en Osaki, Japón, ha revelado que los hongos, a pesar de no tener cerebro, exhiben signos de inteligencia básica. La investigación se centró en el hongo descomponedor de madera Phanerochaete velutina, que demuestra la capacidad de reconocer patrones y adaptar su crecimiento según las fuentes de alimento en su entorno.

Los hongos crecen al liberar esporas que germinan y forman redes extensas de micelio bajo tierra. Este micelio actúa como una vasta red de filamentos fúngicos, permitiendo al hongo comunicarse e intercambiar información a través de señales eléctricas, similares a las conexiones neuronales en el cerebro humano.

Los investigadores establecieron un experimento con nueve pequeños cubos de madera de haya dispuestos en un patrón circular o en cruz sobre el suelo del bosque. Durante 116 días, monitorearon el crecimiento del hongo y tomaron fotografías regularmente para documentar su progreso. Los hallazgos indicaron que el hongo inicialmente expandió su micelio de manera uniforme, pero más tarde alineó su crecimiento hacia los cubos de madera, demostrando una capacidad de aprendizaje de su entorno.

En la formación en cruz, el hongo estableció conexiones más fuertes entre los cubos exteriores, mientras que en la formación circular, todos los cubos estaban igualmente integrados en la red micelial. Sorprendentemente, el hongo no formó hilos en el interior del círculo de cubos de madera.

Los investigadores especulan que esta estrategia de crecimiento permite al hongo buscar alimento de manera más efectiva y crear redes de información más densas hacia áreas inexploradas. Concluyeron que el hongo procesa activamente información, toma decisiones y ajusta estratégicamente su red micelial, lo que indica una forma de inteligencia primitiva.

Fukasawa señaló: “Es asombroso lo que los hongos son capaces de hacer. Tienen memoria, aprenden y pueden tomar decisiones.” Esta investigación contribuye a nuestra comprensión de cómo diferentes formas de cognición e inteligencia han evolucionado en varios organismos, sugiriendo que incluso seres sin un sistema nervioso central, como los hongos, pueden exhibir comportamiento inteligente.

El estudio fue publicado en Fungal Ecology el 17 de octubre de 2024.

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