A medida que el término gana popularidad y los expertos prestan cada vez más atención, el síndrome FOMO, o "miedo a perderse algo", se convierte en un tema candente en las discusiones sobre salud mental. Este fenómeno psicológico es particularmente notable entre los adultos jóvenes y los adolescentes que están constantemente conectados a las redes sociales, lo que lleva a un ciclo de ansiedad y comparación personal.
Según la psicóloga Anahy D'Amico, el FOMO se manifiesta como ansiedad derivada de la creencia de que otros están disfrutando de la vida más que uno mismo. Este sentimiento a menudo se intensifica cuando las personas navegan por las plataformas de redes sociales, viendo instantáneas de viajes, eventos y logros que crean la ilusión de una vida más satisfactoria para los demás.
D'Amico señala que la exposición excesiva a contenidos curados en redes sociales puede agravar los sentimientos de insuficiencia y descontento. "Las personas tienden a compartir solo sus momentos destacados, dejando a los espectadores con una percepción distorsionada de que sus propias vidas son menos interesantes, lo que puede tener un impacto negativo en la autoestima y el bienestar emocional," explica.
Los síntomas clave del FOMO incluyen sentimientos de ansiedad, baja autoestima y una necesidad constante de estar conectado. Para combatir estos sentimientos, D'Amico recomienda limitar el uso de redes sociales y participar en prácticas de autocuidado. "El miedo a perderse algo nos desconecta del presente. Debemos recordar que las verdaderas experiencias de vida ocurren más allá de las pantallas," advierte.
Un tratamiento efectivo para el FOMO puede incluir la reducción del tiempo en línea y la participación en actividades que promuevan el bienestar, como el ejercicio físico, la meditación y las interacciones sociales cara a cara. "Es crucial desconectarse por momentos y reconocer que la vida real, con sus complejidades, no se representa únicamente en línea. Reconectarse con lo que realmente aporta satisfacción y valor personal es esencial para mitigar el impacto del FOMO," concluye D'Amico.