Durante dieciocho años, un hombre de 35 años ha estado al lado de su esposa de 34 años, pero ahora se encuentra al borde de la ruptura. Como el principal cuidador de su hija de cinco años y de los gemelos de tres años, también ha asumido el papel de proveedor mientras su esposa lucha contra problemas de salud mental que se remontan a traumas de la infancia.
A pesar de sus esfuerzos por buscar ayuda de varios profesionales médicos, nada parecía proporcionar un alivio duradero para sus luchas. A principios de este año, sufrió un colapso mental total y fue institucionalizada. Durante su tiempo allí, recibió terapia y medicamentos que parecen estar ayudando en su recuperación.
Sin embargo, la carga sobre su esposo ha sido significativa. 'Después de todo esto, estoy agotado,' confesó. 'He apoyado a mi esposa y a los niños con todo lo que he podido darles y he tenido poco tiempo para recuperarme.'
Reflexiona sobre la relación, señalando la falta de reciprocidad en los actos de cuidado y los gestos románticos. 'El año pasado, durante uno de sus períodos muy bajos, comencé a dudar de si puedo continuar con la relación y he tenido momentos en los que he perdido mis sentimientos románticos por ella.'
Esta historia destaca las luchas a menudo pasadas por alto que enfrentan los cuidadores, especialmente cuando están involucrados problemas de salud mental, y plantea preguntas importantes sobre los sistemas de apoyo y el impacto del cuidado a largo plazo en el bienestar personal.