La Ministra de Hacienda del Reino Unido, Rachel Reeves, se encuentra en Washington para las reuniones de primavera del FMI y tiene previsto reunirse con el Secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, para discutir un posible acuerdo económico entre el Reino Unido y EE. UU. El objetivo es mitigar el impacto de los aranceles impuestos por el presidente de EE. UU., Donald Trump, a principios de este mes.
El Reino Unido se enfrenta a un gravamen del 10% sobre la mayoría de los bienes y un cargo del 25% sobre el acero y el aluminio. Los ministros esperan reducir esta tasa, y Reeves declaró que la administración estadounidense está "interesada en llegar a un acuerdo con el Reino Unido".
Las discusiones tienen como objetivo reducir las barreras arancelarias y no arancelarias en ambos lados. Reeves también prevé una "asociación tecnológica" y una cooperación de seguridad fortalecida más allá de los aranceles.
Sin embargo, persisten los desacuerdos con respecto a las importaciones agrícolas y la Ley de Seguridad en Línea (Online Safety Act). Reeves ha declarado que el Reino Unido no comprometerá los estándares alimentarios ni diluirá la Ley de Seguridad en Línea.
El Reino Unido también está abordando las preocupaciones sobre las importaciones baratas desviadas de los EE. UU. El gobierno planea fortalecer la Autoridad de Recursos Comerciales y revisar las reglas sobre las importaciones de bajo valor para proteger a los minoristas británicos.
El resultado de estas discusiones impactará significativamente las relaciones comerciales y la cooperación económica entre el Reino Unido y los EE. UU. También sentará un precedente para futuros acuerdos comerciales.