Irán ha iniciado un ejercicio militar de dos meses en medio de una economía en declive y reveses militares significativos en el Medio Oriente. Este ejercicio, que incluye pruebas de defensa aérea cerca de una instalación nuclear clave, tiene como objetivo proyectar fuerza en medio de las dudas sobre las capacidades militares de Irán tras adversidades recientes.
La situación se ha agravado por la pérdida de apoyo al presidente sirio Bashar Assad, lo que ha representado un golpe significativo para la influencia de Irán en la región. El general Behrouz Esbati de la Guardia Revolucionaria iraní reconoció la gravedad de esta pérdida, afirmando: 'Hemos perdido. Hemos perdido gravemente.'
En el ámbito interno, Irán enfrenta graves desafíos económicos, con sanciones internacionales vigentes para disuadir sus ambiciones nucleares. El rial iraní ha caído a mínimos históricos frente al dólar, lo que ha llevado a un aumento de las protestas políticas por los derechos de las mujeres y las dificultades económicas.
A medida que el paisaje político cambia, el enfoque del presidente electo Donald Trump hacia Irán sigue siendo incierto. Trump ha insinuado la posibilidad de ataques preventivos en sitios nucleares iraníes, intensificando las preocupaciones globales sobre el programa nuclear de Irán.
El presidente francés Emmanuel Macron ha calificado a Irán como 'el principal desafío estratégico y de seguridad' para Europa y más allá, destacando la aceleración del programa nuclear y las amenazas balísticas a los intereses europeos. La postura europea hacia Irán se ha endurecido, especialmente a la luz del apoyo militar de Irán a Rusia en el conflicto en curso en Ucrania.
Los ejercicios militares, aunque inusuales en duración, envían un mensaje claro a Estados Unidos e Israel. El ejército iraní ha realizado ejercicios de defensa aérea alrededor de su instalación de enriquecimiento subterránea en Natanz, afirmando su capacidad para interceptar posibles ataques. Sin embargo, la ausencia de sistemas avanzados de defensa S-300 durante estos ejercicios plantea preguntas sobre la preparación de Irán.
Además, se planean ejercicios navales en el golfo Pérsico, con Irán amenazando con cerrar el estrecho de Ormuz, un pasaje crucial para los suministros de petróleo a nivel mundial. A pesar de estas amenazas, la fiabilidad de los aliados de Irán, particularmente en Yemen, parece estar disminuyendo.
En resumen, las maniobras militares de Irán se producen en un momento de tensiones y incertidumbres crecientes, tanto a nivel nacional como internacional. Las implicaciones de estos desarrollos serán monitoreadas de cerca por los observadores globales.