En todos los Estados Unidos, cientos de miles de opositores a Donald Trump salieron a las calles bajo el lema «No Reyes». Protestaron contra lo que ven como las tendencias dictatoriales del presidente y la «militarización de nuestra democracia».
En Salt Lake City, Utah, se realizaron disparos durante una manifestación de unas 10.000 personas, lo que resultó en un herido grave. La policía arrestó a un sospechoso.
En Los Ángeles, la policía usó gas lacrimógeno para dispersar a miles de manifestantes. Estaban protestando contra las políticas de inmigración de Trump. La Guardia Nacional, que protegía algunos edificios, fue abucheada por la multitud.
En Washington, D.C., Trump, celebrando su 79 cumpleaños, asistió a un desfile militar. El desfile incluyó a casi 7.000 soldados, unos 150 vehículos militares y docenas de aviones. La Casa Blanca estimó 250.000 espectadores. Sin embargo, los periodistas notaron un entusiasmo moderado entre la multitud.
Un joven de 17 años de Nueva York, que llevaba una gorra «Make America Great Again», expresó su apoyo a Trump y al ejército. Apoyó las políticas de inmigración de Trump. Su padre, profesor de historia, dijo que le gustaba un buen desfile militar, a pesar de no apoyar a Trump.
Trump pronunció un breve discurso, honrando a los soldados. Los llamó «héroes y leyendas». El presupuesto del desfile fue de 45 millones de dólares. El último gran desfile militar en los EE. UU. fue en 1991, después de la Guerra del Golfo.
El día comenzó con trágicos acontecimientos. La demócrata de Minnesota Melissa Hortman, de 55 años, y su marido fueron asesinados en su casa. El gobernador lo calificó de «acto deliberado de violencia política». Otro funcionario demócrata y su esposa resultaron gravemente heridos en un tiroteo. Se busca a un sospechoso varón blanco de 57 años.
Vikas Mehta, un médico de 45 años, dijo que era esencial demostrar que la democracia sigue siendo fuerte. Estaba entre las decenas de miles que marcharon en la ciudad de Nueva York. Algunos manifestantes se reunieron cerca de la residencia de Trump en Florida. También hubo manifestaciones en París y Ciudad de México.