A pesar de las negociaciones en curso, un acuerdo definitivo para poner fin al conflicto en Ucrania sigue siendo difícil de alcanzar en 2025. Observadores occidentales sugieren que el presidente Putin podría estar enfrentando obstáculos políticos internos para poner fin a la guerra, incluso mientras sus tropas continúan logrando avances graduales en territorio ucraniano. La inflada industria armamentista, que beneficia financieramente a muchos rusos, complica aún más las perspectivas de un compromiso.
Desafíos económicos y sociales
La experta económica Alexandra Prokopenko anticipa que la demanda estatal continua sostendrá la industria armamentista, independientemente del resultado de la guerra. Sin embargo, la experta en Rusia Margarete Klein destaca las posibles dificultades que Putin podría encontrar al gestionar el regreso de los veteranos.
Los voluntarios que ganaron significativamente más que el promedio durante la guerra pueden tener dificultades para adaptarse a trabajos mal pagados a su regreso. Existe el riesgo de que algunos veteranos, potencialmente traumatizados y propensos a la violencia, recurran al delito, lo que refleja las experiencias de los veteranos de los conflictos de Afganistán y Chechenia.
Objetivos militares y perspectivas de alto el fuego
A pesar de estos desafíos, Rusia parece decidida a lograr sus objetivos de guerra, incluido el control de las regiones de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhzhia. Si bien un alto el fuego sigue siendo una posibilidad, particularmente con los esfuerzos de mediación internacional, persisten desacuerdos fundamentales sobre el territorio y la alineación política.