El presidente Donald Trump firmó órdenes ejecutivas el miércoles 8 de abril de 2025, con el objetivo declarado de impulsar la industria del carbón y la producción de energía nacional. Estas órdenes se centran en la simplificación de las regulaciones y la aceleración de los arrendamientos de minería de carbón en tierras federales. Trump enmarcó estas acciones como esenciales para la seguridad nacional, enfatizando la necesidad de una fuente de energía confiable para apoyar a industrias como la IA.
Según la Administración de Información Energética de EE. UU., el carbón representó aproximadamente el 16% de la generación de electricidad en EE. UU. en 2023, una disminución significativa del 50% de hace dos décadas. Las fuentes de energía renovables contribuyeron con aproximadamente el 21% a la combinación de electricidad. No se han construido nuevas plantas de carbón en los EE. UU. en más de una década.
Grupos de la industria como la Asociación Nacional de Minería han acogido con beneplácito las órdenes ejecutivas de Trump. Por el contrario, los demócratas y las organizaciones ambientales han expresado su preocupación, argumentando que las plantas de carbón son cada vez menos competitivas. Críticos, como Kit Kennedy del Natural Resources Defense Council, señalan los intentos fallidos de revivir la industria del carbón en el pasado.