El presidente francés, Emmanuel Macron, convocará a líderes europeos en París el lunes 17 de febrero para discutir la seguridad europea, según el ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Noël Barrot.
La reunión se produce tras la creciente preocupación por el manejo de la guerra de Ucrania por parte de Estados Unidos, especialmente después de la comunicación directa del presidente Donald Trump con el presidente ruso Vladimir Putin.
La reciente llamada telefónica de Trump a Putin, según los informes, sorprendió a Ucrania y a sus aliados europeos, lo que generó preocupación sobre posibles acuerdos liderados por Estados Unidos sin la participación europea.
Entre los asistentes esperados se encuentran líderes de Gran Bretaña, Alemania, Polonia, Italia y Dinamarca, junto con el Secretario General de la OTAN, Marc Rutte, y la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. También se espera la presencia del Primer Ministro del Reino Unido, Keir Starmer.
El Ministro de Relaciones Exteriores polaco, Radosław Sikorski, acogió con beneplácito la iniciativa de Macron en la Conferencia de Seguridad de Múnich, enfatizando la necesidad de que los líderes europeos aborden los desafíos planteados por el enfoque de Trump.
El enviado especial de Trump para Ucrania, Keith Kellogg, sugirió que los líderes europeos deberían centrarse en aumentar el gasto en defensa en lugar de participar en las conversaciones de paz, insinuando un cronograma rápido para un acuerdo, trabajando en "tiempo de Trump" con un acuerdo esperado "en semanas y meses".
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, instó a Europa a asumir un papel más importante en su defensa e insistió en la inclusión de Ucrania en cualquier negociación, afirmando: "Ninguna decisión sobre Ucrania sin Ucrania. Ninguna decisión sobre Europa sin Europa".
Por otra parte, el discurso del vicepresidente JD Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich el 14 de febrero, abordando temas nacionales como la "libertad de expresión" y la inmigración, ha provocado indignación entre los aliados. Los comentarios de Vance se consideran una posible interferencia en las próximas elecciones nacionales alemanas, lo que indica un apoyo al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que los principales partidos alemanes han aislado debido a sus elementos antisemitas y apologistas nazis.