El segundo mandato del presidente Donald Trump ha comenzado con una serie de cambios radicales, incluida una represión de la inmigración, la prohibición de los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en el lugar de trabajo federal y los llamamientos al boicot económico por parte de los líderes negros.
La represión de la inmigración de Trump ha resultado en la detención de más de 1.000 inmigrantes indocumentados en todo el país, incluidas personas de Cuba, Venezuela, Ecuador y Haití. La administración Trump también ha revocado el Estatus de Protección Temporal (TPS) de la era Biden, que permitía a los migrantes trabajar y vivir en los Estados Unidos hasta que la violencia y las condiciones en sus países de origen mejoraran.
La prohibición de los programas DEI ha provocado protestas y boicots, y los líderes negros han pedido acciones económicas contra las empresas que han puesto fin a sus iniciativas DEI. La administración Trump también ha culpado a los programas DEI por una reciente colisión aérea en el Aeropuerto Ronald Reagan de Washington D.C., que según los informes mató a 67 personas.
Los líderes demócratas han condenado los comentarios de Trump, acusándolo de difundir mentiras y teorías de conspiración para atacar a las comunidades de color y a las mujeres. También han expresado su preocupación por el impacto potencial de las políticas de Trump en las comunidades negras, particularmente en áreas como la vivienda asequible y el empleo.
La administración Trump también ha iniciado una campaña para reducir la fuerza laboral federal de Estados Unidos, ofreciendo ofertas de compra a los empleados de al menos cinco agencias de inteligencia de Estados Unidos, incluida la CIA. El esfuerzo ha sido recibido con preocupación por parte de algunos ex funcionarios de inteligencia, quienes temen que las agencias puedan perder personal altamente experimentado y debilitar la recopilación y el análisis de inteligencia.