El presidente Donald Trump firmará el miércoles un decreto diseñado para evitar que las personas a las que se les asignó el sexo masculino al nacer participen en eventos deportivos femeninos.
El decreto, que Trump se espera que firme en una ceremonia por la tarde, marca otro cambio agresivo por parte de la segunda administración del presidente en la forma en que el gobierno federal trata a las personas transgénero y sus derechos.
El presidente emitió una orden radical en su primer día en el cargo el mes pasado que pedía al gobierno federal que definiera el sexo como solo masculino o femenino y que eso se reflejara en documentos oficiales como pasaportes y en políticas como las asignaciones de prisiones federales.
Trump descubrió durante la campaña que su promesa de "mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos" resonó más allá de las líneas partidistas habituales. Más de la mitad de los votantes encuestados por AP VoteCast dijeron que el apoyo a los derechos transgénero en el gobierno y la sociedad ha ido demasiado lejos.
Se apoyó en esa retórica antes de la elección, prometiendo deshacerse de la "locura transgénero", aunque su campaña ofreció pocos detalles.
El decreto del miércoles, que coincide con el Día Nacional de las Niñas y las Mujeres en el Deporte, implicará cómo su administración interpretará el Título IX, la ley más conocida por su papel en la búsqueda de la equidad de género en los deportes y la prevención del acoso sexual en los campus.
"Este decreto restaura la equidad, mantiene la intención original del Título IX y defiende los derechos de las atletas femeninas que han trabajado toda su vida para competir al más alto nivel", dijo la representante estadounidense Nancy Mace, una republicana de Carolina del Sur.
Cada administración tiene la autoridad para emitir sus propias interpretaciones de la legislación histórica. Las dos últimas administraciones presidenciales, incluida la primera de Trump, ofrecen un vistazo al tira y afloja involucrado.
Betsy DeVos, la secretaria de educación durante el primer mandato de Trump, emitió una política del Título IX en 2020 que redujo la definición de acoso sexual y requirió que las universidades investigaran las denuncias solo si se reportan a ciertos funcionarios.
La administración Biden revirtió esa política en abril pasado con una propia que estipulaba que los derechos de los estudiantes LGBTQ+ estarían protegidos por la ley federal y proporcionaba nuevas salvaguardas para las víctimas de agresión sexual en los campus. La política no llegó a abordar explícitamente a los atletas transgénero. Aun así, más de media docena de estados liderados por republicanos desafiaron de inmediato la nueva regla en los tribunales.
"Todo lo que Trump tiene que decir es: 'Vamos a leer la regulación tradicionalmente'”, dijo Doriane Lambelet Coleman, profesora de la Duke Law School.
No está claro cómo esta orden podría afectar a la población de atletas transgénero, un número que es increíblemente difícil de precisar.
The Associated Press informó en 2021 que, en muchos casos, los estados que introdujeron una prohibición de los atletas transgénero no pudieron citar instancias en las que su participación fuera un problema. Cuando los legisladores de Utah anularon un veto del gobernador Spencer Cox en 2022, el estado solo tenía una niña transgénero jugando en deportes K-12 que se vería afectada por la prohibición. No reguló la participación de los niños transgénero.
"Esta es una solución que busca un problema", dijo Cheryl Cooky, profesora de la Universidad Purdue que estudia la intersección de género, deportes, medios y cultura, a la AP después de que Trump fuera elegido.
Sin embargo, el número real de atletas transgénero parece ser casi irrelevante. Cualquier caso de una atleta transgénero femenina compitiendo, o incluso creyéndose que compite, atrae una atención desmesurada, desde Lia Thomas nadando para la Universidad de Pensilvania hasta la temporada recientemente completada del equipo de voleibol de San Jose State. (AP)