En 2025, las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos se encuentran tensas, afectando diversos aspectos de la cooperación bilateral, incluyendo comercio, seguridad y política exterior.
Una crisis diplomática estalló en enero de 2025 cuando el presidente colombiano, Gustavo Petro, rechazó la entrada de aviones militares estadounidenses que transportaban migrantes deportados. Esto llevó a la imposición de aranceles del 25% por parte del presidente estadounidense Donald Trump a las exportaciones colombianas.
Las tensiones se intensificaron en julio de 2025, con Estados Unidos retirando a su encargado de negocios en Bogotá y Colombia llamando a su embajador en Washington. Estas acciones siguieron a acusaciones de un intento de golpe de estado presuntamente promovido por congresistas republicanos estadounidenses.
La situación se complicó aún más con la renuncia de la canciller colombiana, Laura Sarabia, citando diferencias con el presidente Petro. Esto añadió incertidumbre a la situación diplomática, dificultando un posible acercamiento.
Las tensiones diplomáticas han impactado significativamente la economía colombiana. Los aranceles estadounidenses han afectado las exportaciones colombianas, mientras que las sanciones y restricciones de visado han complicado el comercio y las relaciones diplomáticas. La cooperación en temas como la lucha contra el narcotráfico y la seguridad regional también se ha visto afectada.
A pesar de las tensiones actuales, ambos países han expresado su compromiso con la relación bilateral. Se espera que futuros diálogos de alto nivel busquen soluciones para superar las diferencias y restaurar la cooperación. El futuro de la relación dependerá de las acciones tomadas por ambas naciones en los próximos meses. Esta situación recuerda a otros momentos de tensión en las relaciones entre países latinoamericanos y Estados Unidos, como las crisis en las relaciones con Venezuela o Cuba, y subraya la importancia de la diplomacia y el diálogo para resolver conflictos.