A pesar de las crecientes interacciones diplomáticas y económicas, las relaciones entre Irán y Túnez siguen siendo superficiales, reflejando una postura antioccidental compartida más que una cooperación estratégica profunda. La visita del presidente Kais Saied a Teherán para el funeral de Ebrahim Raisi y las reuniones con el Líder Supremo Ali Khamenei señalan un acercamiento, pero los vínculos económicos y de seguridad siguen siendo mínimos. Las importaciones tunecinas desde Irán fueron de $1.4 millones en 2022, mientras que las exportaciones fueron de $80,000 en 2023. Los lazos de seguridad se describen como "inexistentes". La decisión de Túnez de levantar los requisitos de visa para los iraníes plantea preocupaciones sobre posibles actividades de inteligencia. Bajo Saied, Túnez ha adoptado una política exterior antioccidental, buscando socios alternativos como China y volviéndose más dependiente de Argelia. Irán tiene como objetivo expandir su influencia en África a través de su "política de buena vecindad". Sin embargo, las tradiciones seculares de Túnez y la sospecha del Islam político limitan la asociación. Estados Unidos debería centrarse en prevenir la expansión de las relaciones Irán-Túnez en sectores que afecten los intereses estadounidenses, manteniendo el apoyo a las fuerzas de seguridad y la infraestructura tunecinas.
Irán y Túnez fortalecen lazos en medio de cambios regionales
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