El presidente chino, Xi Jinping, y el presidente ruso, Vladimir Putin, reafirmaron la fortaleza de su relación bilateral en una llamada telefónica, enfatizando que sus naciones "no pueden ser alejadas" la una de la otra. La llamada se produjo mientras que Estados Unidos, bajo el presidente Trump, explora un posible cambio en la política exterior hacia Rusia. Xi declaró que sus lazos no serían influenciados por ningún tercero, y ambos líderes destacaron la naturaleza estratégica de su vínculo de política exterior, enfatizando que no está dirigido contra nadie. El Kremlin describió la llamada como "cálida y amistosa", destacando la importancia del vínculo de política exterior ruso-chino como un factor estabilizador en los asuntos mundiales. Esta interacción tuvo lugar en torno al tercer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, en un contexto de continuo apoyo económico y tecnológico de China a Rusia. Funcionarios de la administración Trump se reunieron con homólogos rusos en Arabia Saudita, excluyendo a Ucrania, lo que indica un posible cambio en la política estadounidense.
Xi y Putin reafirman lazos fuertes en medio de un cambio en la política exterior de EE. UU.
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